12 diciembre 2008

Decreto de derechos y deberes de los alumnos

Trece de cada cien escolares vascos asegura que ha sufrido «al menos una conducta de maltrato» por parte de sus compañeros durante este curso. Con todo, para el Departamento de Educación los datos son «esperanzadores» al constatar un descenso progresivo del número de casos de acoso escolar registrados en los colegios e institutos de la comunidad autónoma en los últimos tres años.
El porcentaje de alumnos víctimas de 'bullying' ha descendido en todos los cursos desde 2005 -del 14,08% al 13,05%-, especialmente en la etapa de Primaria, donde paradójicamente se registra el mayor número de malos tratos entre compañeros al situarse dos puntos y medio por encima de la media (15,6%). En el ciclo de Secundaria, el 'mobbing' escolar afecta a uno de cada diez estudiantes. El acoso en los colegios e institutos es una situación que «ocupa» y «preocupa» a las autoridades educativas vascas. De hecho, el Gobierno vasco aprobó la semana pasada el nuevo decreto de derechos y deberes del alumnado, elaborado por la consejería de Educación para «atajar el maltrato y fomentar la convivencia en los centros escolares». El documento, presentado ayer en Bilbao ante más de medio millar de docentes, se articula sobre el principio de «tolerancia cero» ante el acoso en las aulas no universitarias.
La normativa introduce un cambio radical en la relación entre alumnos y profesores. En resumen, las autoridades educativas pretenden que los docentes recuperen la autoridad perdida en los últimos años en los centros. El decreto refuerza especialmente la figura del director, que podrá imponer sanciones a los estudiantes que cometan una infracción sin tener que pasar antes por el Consejo Escolar. «Se trata de que los alumnos vean las medidas correctoras como un procedimiento normal ante una acción incorrecta», explicó el consejero de Educación, Tontxu Campos.
Los centros tienen un plazo de seis meses para adecuar sus reglamentos internos al nuevo decreto, en el que «se prioriza la solución de los conflictos de convivencia mediante los mecanismos de conciliación y reparación». La guía para la aplicación de la normativa incluye entre la conductas más graves y novedosas la grabación de imágenes de terceras personas contra su voluntad al entender que atenta contra el derecho al honor, la intimidad y la imagen. El director estará facultado para echar al alumno que acose a un compañero, le grabe con el móvil para ridiculizarlo o que agreda a un docente.

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